jueves, 1 de octubre de 2009

OPCIONES TERAPÉUTICAS





El arsenal terapéutico para abordar los trastornos cráneo-mandibulares es múltiple y variado y es, precisamente, el análisis etiopatológico el que determina en última instancia la opción terapéutica adecuada para cada individuo.

La norma básica y el punto de partida en el tratamiento de los TTM es optar, siempre que podamos, por la solución menos cruenta y reversible de las que dispongamos.

Ya hemos estudiado previamente cómo una disarmonía oclusal o una alteración en la relación oclusión-articulación puede afectar de manera directa en la salud articular. Los métodos y las vías de corrección oclusal para solventar este mecanismo patológico de alteración articular se pueden resumir en cuatro: la rehabilitación protésica, el tallado selectivo, la corrección ortodóncica y la feruloterapia.

Las cuatro alternativas pueden desencadenar, en última instancia y de manera iatrogénica, un daño mayor e irreversible. Esto podría explicar, en parte, un cierto rechazo o reparo en la aplicación de estas opciones terapéuticas. Sin embargo, nosotros creemos que el éxito de la corrección oclusal radica en la indicación de la propia técnica y su adecuada praxis.

Observamos de manera reiterada como pacientes con una clara anomalía oclusal son tratados con fármacos, férulas, electroterapia, ultrasonidos, bio miofeed-back, infiltraciones, fisioterapia y otra suerte de tratamientos que, si bien es cierto que son reversibles y poco cruentos, suponen una terapia paliativa y sintomática que no modifican, en absoluto, la fuente real del trastorno, además de suponer, en ocasiones, un incremento del costo al paciente.

Como el propósito de este trabajo no es el estudio del tratamiento oclusal sino la demostración de que en ocasiones la corrección oclusal está irremediablemente relacionado con el éxito terapéutico en determinados tipos de pacientes,

vamos a relatar de manera resumida cuales serían las posibilidades terapéuticas en la terapia oclusal según la clasificación de la tabla II:

a) las mal oclusiones son intervenidas, valoradas y tratadas por un ortodoncista,
b) las interferencias deben ser suprimidas con un tallado selectivo por el odontólogo de manera protocolizada con un análisis clínico y oclusal mediante montaje previo en articulador semiajustable
c) las alteraciones en la dimensión vertical por un prostodoncista.

Los tratamientos con placas oclusales o férulas, nosotros creemos que deben reservarse, en principio, para los pacientes refractarios a las terapias anteriormente descritas y, en ocasiones, sólo como método de diagnóstico diferencial.

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